Hombre ingenioso y mordaz, Quevedo dedica este soneto a un poeta contemporáneo, gran exponente del culteranismo, con el que guarda una relación de rivalidad digna de Mozart y Salieri.
El poema se convierte en un reconocido ejemplo de hipérbole literaria.
Esta enemistad entre autores que antiguamente se saldaba con la espada o con la pluma, se ha convertido hoy en una estrategia publicitaria, bastante útil, empleada en géneros musicales como el rap.
Y tú, ¿crees que su nariz era tan grande?
Te invito a descubrir el nombre del Nariz-hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario